Quien considere que esta película aburrida como contar cubitos de hielo merece un rotundo 1 hará bien en tratar de leer el libro en el que se basa. Comparada con el susodicho, la versión fílmica es todo un derroche de adrenalina y emociones fuertes. Básicamente, sin embargo, el formato en celuloide sigue casi milimétricamente eargumento imaginado por Stephanie Meyer, en el que los únicos personajes interesantes con Jakob (si es que se escribía así), su padre y James. Este último tiene a cargo los únicos momentos emocionantes tanto del libro como de la película, pero en ésta aparece bastante antes que en la novela original. O eso creo. la verdad es que el libro me aburrió tanto que tuve que saltearme páginas y páginas. El filme no es para tanto, si bien produce cierto sopor casi desde el comienzo, los únicos momentos en que uno tiene ganas de gritar que acabe el suplicio están al final, y cuando uno ya está a punto de cambiar de canal, llegan los muy bienvenidos créditos, por lejos lo mejor de la película.

Quién sabe, tal vez el problema esté en parte en mí. Ya no soy adolescente (decididamente!!!), no soy mujer; los años me cansaron bastante, lo suficiente para no desear la inmortalidad ni la juventud eterna, sino sólo vivir unos cuantos años más y luego acostarme como para dormir, y ya no despertar más, al menos en este mundo o esta vida. Es la mía, por lo tanto, una mentalidad que muy difícilmente puede disfrutar de esta historia de amor teenager entre un vampiro que encima es casi indestructible y una humana. Aun así, me parece que tanto personajes como situaciones son bastante chatos, unidimensionales.

Para concluir, una humilde pregunta: ¿podría saberse por qué se llama CREPÚSCULO?