"Headhunters" es un film que me ha golpeado por sorpresa. Realmente no esperaba gran cosa de ella, y ese es el camino que emprende la película durante los primeros veinticinco minutos. Mostrando los dimes y diretes en la vida de un ladrón de obras de arte que vive mejor que el Emir de Qatar, y que detesta construir un hogar juntos a su pareja. Pero una vez finalizada la parte de las presentaciones, el film entra en fase de combustión. Aumenta el interés del espectador por la historia, aumenta el ritmo, aumenta la tensión, aumenta la crudeza de sus imágenes. En general la película se convierte en algo parecido a subir a una cumbre en bicicleta, sabes que solo puedes aflojar el pedal cuando la hallas culminado y no antes, con lo cual la adrenalina solo se disipa cuando coronas la cima. En el caso de "Headhunters", la adrenalina que colapsa al espectador solo desaparece con la llegada de los créditos finales. Si una escena te parece buena, tranquilo porque la siguiente va a ser todavía mejor, y así sucesivamente. Además, es asombrosa la capacidad del guion para unir todos los finos hilos de que se compone la trama, no queda ni uno suelto, esta todo medido al milímetro con precisión de cirujano.
Otra sorpresa del film es que siendo una película nórdica, sorprende la cantidad de humor negro que la inunda. ¿Con lo fríos que aparentan los nórdicos?...
Definitivamente, "Headhunters" es una cinta que sin aparentar gran cosa te hipnotizara durante y después de verla.