Se trata de una obra de duración muy larga (casi 4 horas de metraje), pero seguir el guión y entender los acontecimientos de los personajes no se hace en absoluto cansino ni complicado. Tiene un desarrollo sencillo pero profundo a la vez y acompañado de una formidable dirección y puesta en escena: vestuarios, escenarios, planos de cámara, montaje... Desde luego, no parece una película de 1939 y en lo mencionado supera de largo a películas veinte y más años posteriores.

Además, la historia es reforzada con la excelente interpretación de los dos principales protagonistas con unas personalidades absolutamente antagónicas y que conectan con una química difícil de igualar. Los secundarios también están a buena altura, desde la criada hasta la familia O'Hara pasando por Melanie y Ashley. La carga dramática a la que contribuyen todos es espectacular y además no existen ni buenos ni malos. Todos, absolutamente todos tienen su lado bueno y sus miserias. No existe pureza en ningún personaje por idealizado que llegue a estar por alguno de ellos. Son humanos y reales como la vida misma.

Otro punto a su favor es que su guión no es harto convencional sino valiente y que da mucho pensar en su final, resumiendo mi reflexión en spoiler. Sólo diré en la zona pública que pese a las 4 horas hubiese deseado que continuase un poco más.