Joe Dante consigue sorpenderse hasta él mismo con una película que respira de su estilo y de su peculiaridad por todas partes pero que a la misma vez no goza de ninguno de sus efectos especiales tan carismáticos. Es una demostración de que el director puede hacer un cine divertido sin recurrir al gran impacto visual.

Tom Hanks lidera un reparto que funciona bien. Los únicos fallos que podamos ver en el humor de la película se atribuyen al mero paso del tiempo, pero por fortuna la mayoría de las ocasiones nos encontramos con personajes graciosos en una historia graciosa, y que no caen mal por exceder ese límite entre el personaje gracioso y el graciosillo.

Hacer comedias de terror es mucho más complejo de lo que parece, y Joe Dante es un gran experto en este campo. Su facilidad para que le apreciemos como un "rarito" por su cine va unido sin lugar a dudas con su capacidad para traspasar la pantalla con sus ideas y su sentido del humor. De alguna manera, Joe Dante cae bien, y no tiene que hacer gran cosa para ganarse a todos los que ven sus películas.

De la misma manera, Joe Dante es un director incapaz de calar en lo profundo de su ser. Es un director al que se le agradece su diversión pero no su trasfondo, ya que suele ser nulo. En esta ocasión no pasamos de una típica película de sobremesa, la cual a veces muestra destellos de ambición con no mucho éxito.

Muy fácil de ver, sin un público objetivo concreto y con una agilidad constante. Parece hecha expresamente para rellenar la filmografía de directores y actores.