Bubba Ho-tep es estupendamente irónica e inesperadamente inteligente. Cuando uno piensa en la sinopsis cruda de la película parece sacada del cajón más escondido de un niño de diez años, pero Don Coscarelli le da un toque inteligente a la película con un Bruce Campbell memorable y un hilo argumental peculiar que incluye un misterio por resolver y también un componente de Serie B.

Lo malo es que Coscarelli no se recrea en su peculiaridad, y la película a los cuarenta y cinco minutos más o menos empieza a estar muerta. La ironía, la chispa y las dosis de originalidad acaban dejando paso a un par de viejas leyendas luchando con sus andadores y sillas de ruedas contra una momia que al principio parece de lo más carismática pero luego parece un disfraz de carnaval.

Por decirlo de alguna manera, es una decepción para los que esperan una película de Elvis y Kennedy luchando contra una momia precisamente por ser demasiado buena y seria, y es una grata sorpresa por la misma razón para los que exigen algo más a una película. Yo me quedé un poco en el medio, pero eché de menos mucha más "gracia", y no en el sentido cómico.