El Buen Maestro es el debut cinematográfico de Olivier Ayache-Vidal, el cual se encarga de las labores de guión y dirección del film. Esta producción francesa cuenta con Denis Podalydès (“De Nicolas a Sarkozy”, “Caché”) y con el actor debutante Abdoulaye Diallo en los roles protagonistas de la cinta. Esta comedia dramática habla de la realidad de la educación en los institutos de barrio franceses.

Siguiendo la línea trazada por la cinta ganadora de la Palma de Oro en el 2008 “La clase”, El buen maestro indaga en la realidad diaria de un instituto francés de los suburbios pero esta vez de un modo más amable. La premisa de la película es clásica; el personaje se enfrenta a una situación opuesta a la suya. El profesor de la élite debe dar las lecciones más básicas a alumnos que no quieren aprender. Pero… ¿Cómo despertar el interés de la lengua y la literatura en los alumnos?

Por lo tanto la película plantea una tesis interesante: el humanismo como solución. A través de la lectura de “Los Misereables”, descubrimos que la obra trata de historias que les interesan. Viéndolo en perspectiva, esta solución parece un poco peregrina y ya vista anteriormente.

El film no retrata la diversidad que plantea cada alumno y alumna de la clase. Sino que prefiere centrarse en la relación del profesor François Foucault (Denis Podalydès) y el alumno Seydou (Abdoulaye Diallo). Pese a que los personajes sean contrarios a la vez se complementan. Seydou debe decidir si salir de su propia realidad, la realidad de un hijo de inmigrantes en un gueto de barrio; y Foucault intentará sacar algo positivo de la experiencia fuera de su zona de confort. Foucault vive a la sombra de su padre y a Seydou le falta la figura de éste. En definitiva, los dos personajes se refuerzan y cambian mutuamente.

A modo de conclusión podemos ver que la película se queda corta a la hora de mostrar estos problemas planteados: algunos aspectos de los personajes se omiten o bien quedan poco explicados, la amplia galería de personajes apenas tiene protagonismo y sólo sirven de esbozo de arquetipos y lo más sangrante es que finalmente apenas muestra una clara solución del problema planteado ya que este se resuelve de una forma un tanto manida y un tanto imposible de realizar a gran escala.

Aun así es una película interesante de ver, en la que destacamos las buenas actuaciones de los alumnos (ninguno de ellos es actor profesional) y el tono de comedia amable con la que trata algunas de las duras realidades diarias.

Escrito por David Dominguez Martínez

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