De entrada lo que puedo decir de esta esperada película de Tarantino es que fuimos a verla con mi mujer y mis dos hijos mayores de edad, cada uno de los cuatro de su padre y de su madre en cuestión de gustos cinéfilos, lo puedo asegurar, y a ninguno se nos hizo larga. A todos nos gustó. Tampoco se me pasó por la cabeza en ningún momento que los 24 euros que invertimos en el asunto pudieran haber tenido un destino mejor.

Si, como ha dicho mucha gente crítica con la película en sesudas y mucho mejor documentadas reseñas que esta, no hay un tronco argumental demasiado evidente, hay innumerables referencias al cine y la TV de la época que difícilmente podemos entender los no expertos, etc., etc. En fin, razones para justificar que no estamos ante una gran película. Pero... ¿Qué importa todo eso? Rindámonos ante la evidencia: la película funciona, te envuelve, te seduce, hace que quieras estar ahí dentro de una forma que solo el maldito Tarantino sabe hacer. Y ante eso... de poco sirve la razón.

En resumen: No piensen, relájense y disfruten de la película. Es 100% Tarantino.

PD. De normal no me gusta demasiado conducir, pero solo por ponerme de fondo la magnífica banda sonora de la película y revivir ese Hollywood de los 60, estoy loco por coger el coche.