Un gran icono del terror ha nacido. Esta segunda parte amplía el universo de Art, el último clown del terror que ametralla espectacularmente a todo bicho viviente en una especie de reverso tenebroso del mítico personaje de Charlot. Heredera de tantas cosas, situaciones y personajes del género, se transforma en una final girl, (sin relatos ideológicos ni sermones de fondo por suerte), nos regala tres-cuatro set pieces absolutamente memorables (la lavandería o la tienda de disfraces), y con un mimo ahora por dos, igual de terrorífico que en la primera película, pero mucho, mucho más divertido.

A algunos no les convencerá la expansión de la historia para seguir explotando con la saga o la duración inaudita para ser un slasher, pero ¿Y QUÉ MÁS DA? Los fans de la casquería estamos de enhorabuena. Una celebración total y absoluta para los fanterrors. Larga Vida a Art.