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Sirah Wiedemann rating:
8
6.8
20,119
Romance. Comedy. Drama
In Paris, love is everywhere: in its bars and cafés, under the Eiffel Tower, and even in the Metro running beneath its streets. In Paris, je t'aime, prepare to see the city in a way you've never imagined. It's Paris as seen through the eyes of some of the world's most acclaimed filmmakers. Each one was invited to tell a story set in one of the city's neighbourhoods. The result is a kaleidoscope of stories about joy, separation, ... [+]
Language of the review:
- es
July 26, 2013
1 of 1 users found this review helpful
París. La ciudad del arte, de las Luces, de los enamorados. Ciudad que invita al amor y a sentirse vivo, cuna de inspiración de antiguos poetas, pintores, artistas…A los que hoy estamos para verlo…Y a los que vendrán.
Esta película, cuyo eje vertebrador lo conforman 18 piezas (in)dependientes, homenajea a la ciudad de las Luces a través de la mirada de múltiples personajes y momentos de sus vidas. Los romanos fundaron una villa a orillas del Sena sin saber la repercusión que tendría esa ciudad en la Historia. El París de hoy día no solo alberga almas humanas que se enamoran, sino que sufren, penan, conocen, se desesperan, pierden, ganan o creen ganar, luchan, se reinventan, descubren, y ante todo, continúan para poder seguir descubriendo el placer de la vida mientras la eterna ciudad iluminada los observa y acompaña. Un conjunto de relatos fabulosos que aportan magia, ganas de creer y que reflejan que el París de nuestros días está más vivo que nunca.
-Bruno Podalydès, gracias por confirmar la idea de que el despertar al amor no entiende de edades y por hacer palpable la necesidad de tal sentimiento.
-Gurinder Chadha aporta una visión cosmopolita del corazón de Francia, y su relato invita a la tolerancia al tiempo que alaba la importancia de la diversidad en un mundo cada vez más cambiante.
-Gus Van Sant, con su inconfundible sello, nos introduce en un mundo dónde los sueños se entremezclan con las obligaciones laborales. Y si de por sí esto es difícil ¡menudo mérito tiene comprender el idioma del corazón más que el de la civilización!
-Joel & Ethan Cohen ponen frente a la cámara a un siempre versátil Steve Buscemi, quién descubre que hay vida más allá del París de las postales y la Mona Lisa pero que ¡no se debe pecar de ingenuo!
-Walter Salles y Daniella Thomas muestran el lado cruel de la vida al que algunas personas deben enfrentarse para sobrevivir. Una perpetua incongruencia tras la cual se esconde el más genuino amor.
-Christopher Doyle regala una historia sencilla pero con un envoltorio algo estrambótico, a mi parecer. Aunque el espectador se pueda perder en algún momento ¡la sonrisa está asegurada con alguna que otra ocurrencia asiática!
-Isabel Coixet nos devuelve al mundo terrenal y pone al espectador en la tesitura del personaje, que se enfrenta a un momento que sin duda marcará su existencia. ¡Otra vez alguien toma como referencia un abrigo rojo para transmitir desesperanza, aunque en un tono distinto, claro está!
-Nobuhiro Suwa teje una pieza dramática sin igual, con una Juliette Binoche debatiéndose entre el mundo onírico y el real a causa de un inmenso dolor. Una de las que más me ha transmitido, sin duda.
Sigo en el spoiler sin desvelar detalles trascendentales.
Esta película, cuyo eje vertebrador lo conforman 18 piezas (in)dependientes, homenajea a la ciudad de las Luces a través de la mirada de múltiples personajes y momentos de sus vidas. Los romanos fundaron una villa a orillas del Sena sin saber la repercusión que tendría esa ciudad en la Historia. El París de hoy día no solo alberga almas humanas que se enamoran, sino que sufren, penan, conocen, se desesperan, pierden, ganan o creen ganar, luchan, se reinventan, descubren, y ante todo, continúan para poder seguir descubriendo el placer de la vida mientras la eterna ciudad iluminada los observa y acompaña. Un conjunto de relatos fabulosos que aportan magia, ganas de creer y que reflejan que el París de nuestros días está más vivo que nunca.
-Bruno Podalydès, gracias por confirmar la idea de que el despertar al amor no entiende de edades y por hacer palpable la necesidad de tal sentimiento.
-Gurinder Chadha aporta una visión cosmopolita del corazón de Francia, y su relato invita a la tolerancia al tiempo que alaba la importancia de la diversidad en un mundo cada vez más cambiante.
-Gus Van Sant, con su inconfundible sello, nos introduce en un mundo dónde los sueños se entremezclan con las obligaciones laborales. Y si de por sí esto es difícil ¡menudo mérito tiene comprender el idioma del corazón más que el de la civilización!
-Joel & Ethan Cohen ponen frente a la cámara a un siempre versátil Steve Buscemi, quién descubre que hay vida más allá del París de las postales y la Mona Lisa pero que ¡no se debe pecar de ingenuo!
-Walter Salles y Daniella Thomas muestran el lado cruel de la vida al que algunas personas deben enfrentarse para sobrevivir. Una perpetua incongruencia tras la cual se esconde el más genuino amor.
-Christopher Doyle regala una historia sencilla pero con un envoltorio algo estrambótico, a mi parecer. Aunque el espectador se pueda perder en algún momento ¡la sonrisa está asegurada con alguna que otra ocurrencia asiática!
-Isabel Coixet nos devuelve al mundo terrenal y pone al espectador en la tesitura del personaje, que se enfrenta a un momento que sin duda marcará su existencia. ¡Otra vez alguien toma como referencia un abrigo rojo para transmitir desesperanza, aunque en un tono distinto, claro está!
-Nobuhiro Suwa teje una pieza dramática sin igual, con una Juliette Binoche debatiéndose entre el mundo onírico y el real a causa de un inmenso dolor. Una de las que más me ha transmitido, sin duda.
Sigo en el spoiler sin desvelar detalles trascendentales.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
-Sylvain Chomet devuelve la ilusión incluso a los más descreídos a través de la figura del mimo, la cual no puede faltar en ninguna gran ciudad, ¡y en París menos aún!
-Alfonso Cuaron realiza un gran ejercicio narrativo que hace florecer los posibles prejuicios del espectador…Porque no siempre lo que vemos es verdad, ¡y qué aburrido si así fuera!
-Olivier Assayas expone el lado agridulce que subyace en la vida de artistas y no artistas…Una soledad, acompañada de dolor y una percepción distorsionada, que se ha convertido en la triste realidad en la que viven sumergidas muchas personas.
-Oliver Schmitz nos muestra el valor de la vida, la necesidad de sentir y no perder nunca la sonrisa y la ilusión. En este punto exacto todo cobra sentido, la grandeza de cantarle a la vida a la vez que descubres que por amor no se mata, pero si … Una visión poética que emociona, puede que incluso demasiado. Aunque bien pensado ¡demasiado nunca es suficiente!
-Richard LaGravenese nos traslada a un lugar dónde insospechadamente se descubre que el amor no tiene por qué tener fecha de caducidad. Y si encima jugamos con el mundo teatral, con el fin de despistar o dejar volar la imaginación, ¡pues mucho mejor!
-Vincenzo Natali es el mago de esta película, su relato nos lleva a un mundo diferente y nos regala un beso para nada usual. Eso sí ¡la magia no acaba cuando el relato finaliza!
-Wes Craven logra que renazca el amor en un lugar atípico y nos lleva por un viaje en el que el mismísimo Oscar Wilde se presta a ayudarnos en las inquietudes que surjan. Amor a la poesía y a quien dijo que “la muerte del corazón es la muerte más horrible que existe” rezuman en este cortometraje. Siguiendo tan loable consejo, tomaremos el camino del corazón, pues.
-Tom Tykwer elabora el relato que más me conmovió, junto con el dirigido por Oliver Schmitz. Sus imágenes, junto con la melodía que acompaña a las palabras, tocan una música que deleitaría incluso al corazón más frío. Pura magia y electricidad que viajan a nuestra mente, y todo empieza con estas palabras:
“Hay veces en que la vida te pide un cambio, una transición, como las estaciones. Nuestra primavera fue maravillosa pero ahora ya ha terminado nuestro verano…”
-Frédéric Auburtin y Gérard Depardieu juegan a despistar y especular con las visicitudes de dos personas que en su edad madura se han distanciado pero que en el fondo mantienen cierta jovialidad y ganas de vivir. Cada uno podrá interpretar libremente la historia de estos dos personajes ¡magníficamente interpretados!
-Alexander Payne pone la guinda al pastel a través de la mirada de una turista que contempla París por primera vez. Y es justamente aquí dónde su vida cobra sentido, mostrándonos a los demás que cada uno debe seguir las huellas que nos indique nuestro corazón, ¡pues el tiempo apremia rápido!
En definitiva, yo también puedo decir:
Paris, je t’aime.
-Alfonso Cuaron realiza un gran ejercicio narrativo que hace florecer los posibles prejuicios del espectador…Porque no siempre lo que vemos es verdad, ¡y qué aburrido si así fuera!
-Olivier Assayas expone el lado agridulce que subyace en la vida de artistas y no artistas…Una soledad, acompañada de dolor y una percepción distorsionada, que se ha convertido en la triste realidad en la que viven sumergidas muchas personas.
-Oliver Schmitz nos muestra el valor de la vida, la necesidad de sentir y no perder nunca la sonrisa y la ilusión. En este punto exacto todo cobra sentido, la grandeza de cantarle a la vida a la vez que descubres que por amor no se mata, pero si … Una visión poética que emociona, puede que incluso demasiado. Aunque bien pensado ¡demasiado nunca es suficiente!
-Richard LaGravenese nos traslada a un lugar dónde insospechadamente se descubre que el amor no tiene por qué tener fecha de caducidad. Y si encima jugamos con el mundo teatral, con el fin de despistar o dejar volar la imaginación, ¡pues mucho mejor!
-Vincenzo Natali es el mago de esta película, su relato nos lleva a un mundo diferente y nos regala un beso para nada usual. Eso sí ¡la magia no acaba cuando el relato finaliza!
-Wes Craven logra que renazca el amor en un lugar atípico y nos lleva por un viaje en el que el mismísimo Oscar Wilde se presta a ayudarnos en las inquietudes que surjan. Amor a la poesía y a quien dijo que “la muerte del corazón es la muerte más horrible que existe” rezuman en este cortometraje. Siguiendo tan loable consejo, tomaremos el camino del corazón, pues.
-Tom Tykwer elabora el relato que más me conmovió, junto con el dirigido por Oliver Schmitz. Sus imágenes, junto con la melodía que acompaña a las palabras, tocan una música que deleitaría incluso al corazón más frío. Pura magia y electricidad que viajan a nuestra mente, y todo empieza con estas palabras:
“Hay veces en que la vida te pide un cambio, una transición, como las estaciones. Nuestra primavera fue maravillosa pero ahora ya ha terminado nuestro verano…”
-Frédéric Auburtin y Gérard Depardieu juegan a despistar y especular con las visicitudes de dos personas que en su edad madura se han distanciado pero que en el fondo mantienen cierta jovialidad y ganas de vivir. Cada uno podrá interpretar libremente la historia de estos dos personajes ¡magníficamente interpretados!
-Alexander Payne pone la guinda al pastel a través de la mirada de una turista que contempla París por primera vez. Y es justamente aquí dónde su vida cobra sentido, mostrándonos a los demás que cada uno debe seguir las huellas que nos indique nuestro corazón, ¡pues el tiempo apremia rápido!
En definitiva, yo también puedo decir:
Paris, je t’aime.