Gran película de corrupción del sistema judicial. Básicamente de lo que trata es de como un inocente es culpado por un crimen de terrorismo, sólo para poder tranquilizar al estado diciendo que los culpables han sido castigados. Un policía que, encargado de buscar a los causantes de actos terroristas del IRA, culpa a los primeros irlandeses que encuentra, les coacciona y oculta pruebas... todo para colgarse medallitas. Y reconozcámoslo, muchas veces así es. Después de todo esto está basado en hechos reales, a pesar de lo que se haya añadido para dramatizarlo, los motivos fueron esos: ganar méritos por proteger al estado y tranquilizar a una población, mientras los verdaderos culpables estarían riéndose del sistema por ser tan idiota, más aun que si no culparan a nadie, reconociendo que es débil e intentando ocultar esa debilidad a los ciudadanos.

Y esta obra lo muestra a la perfección, la impotencia de hombres y mujeres condenados por un crimen que no cometieron y no pueden hacer nada para remediarlo.

Muy recomendable y entretenida que merece la pena ver. Se pasa el tiempo volando.