Definida por su director, Marcos Jorge, como “una comedia dramática con toques de humor negro” "Estómago" narra en dos tiempos hábilmente ensamblados una cruel fábula en la que la gastronomía es el hilo conductor de las relaciones entre los personajes (la comida como instrumento catalizador de pasiones, como fuente de poder e incluso como recurso patológico), ofreciéndonos un film que nos recuerda a la mejor "commedia all’italiana", a autores como Dino Risi y Fellini (según reconoce el propio cineasta), y que desarrolla una lúcida visión de la desigualdad social mientras explora las condiciones y actitudes vitales de sus personajes.

Narrada a través de la voz en off de nuestro woodyliano protagonista, Raimundo Nonato, su estructura bipolar entrelazada es uno de los aspectos más llamativos y atrayentes de la película, un montaje paralelo que irá alternando dos subgéneros tan diferentes como el gastronómico y el carcelario adentrándose en el terreno de la sátira social (¿por qué molestará tanto a parte de la crítica que el devenir de los protagonistas no contenga una conclusión ideológica/moral explícitamente intachable?) reflejando con feroz humor negro la trágica realidad de quienes sobreviven en los entornos corruptos y opresivos, algo que no se da necesaria ni exclusivamente en el interior de las prisiones, donde las relaciones humanas quedan reducidas al intercambio de reacciones instintivas de egoísmo personal para poder subsistir, convirtiéndose en una inteligente metáfora/denuncia del depredador mundo en que vivimos.