Pues eso, que en mi opinión estamos ante el primer gran fraude de la crítica americana. Porque si bien es cierto que el trabajo técnico de la pelicula es sobresaliente, la verdad, la obra en sí misma deja mucho que desear.

Si a Gable le ponemos el nombre de Eduardo Augusto y a la loca de la colina el de la Gata Asalvajada, ¡alehop!, ya tenemos servido el primer CULEBRÓN.

Carente de ruta de diálogo, el director hábilmente busca el brillo de su elenco de actores. Actores que en ningún momento se creeen lo que están haciendo y lo suplen con gran cantidad de técnica interpretativa.

Si bein es cierto que la calidad de la imagen es "soportable", lo que se hace ABSOLUTAMENTE INSUFRIBLE son los actores secundarios, es decir, la gesticulante bonachona y el insoportable de su marido pasan sin pena ni gloria por la obra, adquiriendo especial importancia la figura de la ¡¡¡¡¡chacha!!!!, y su inolvidable frase "señorita escarlata, señorita escarlata".


Sí, me atrevo a criticar esta obra es porque amo el séptimo arte y ésta obra no puedo calificarla de estar entre las más valoradas, ni mucho menos.