Hablar de Sir Arthur Conan Doyle, es hacerlo de uno de los mejores escritores británicos en la época gloriosa de su Imperio, y que su contribución a la literatura con la creación de Sherlock Holmes, está casi a la altura del Quijote.

Pienso que como artista es sin embargo en sus novelas más largas, donde más flojea Doyle, no son malas por supuesto, pero creo que el escocés estaba ante todo dotado para el relato breve, donde nos legó obras verdaderamente magistrales.

"El perro de los Baskerville" es sin duda alguna una de sus obras más famosas, se trata precisamente de una novela larga, que en mí opinión tiene más fama de calidad. Llevar el texto a la pantalla es complicado, y en este caso la prestigiosa productora Granada TV realizó una aproximación en los años ochenta bastante aceptable pero no brillante.

Tiene ese sello inglés que la caracteriza, es decir, correctas interpretaciones, buenas localizaciones naturales, magníficos vestuarios, magníficos interiores... pero le falta lo más importante: El alma. Todo es de hielo, muy frío. El director Brian Mills demuestra ser un hombre sin talento, y parece más bien un funcionario que un artista. Además los actores, en especial Jeremy Brett que hace de Holmes no permite que te creas el papel.

En definitiva, es correcta, se puede ver, pero no es memorable, aunque como digo siempre es mucho mejor que la media de lo que se proyecta ahora como películas de intriga.

Mucho más recomendable es la versión de Terence Fisher, con Cushing y Lee, que sin ser tampoco una obra maestra, sí que al menos es una buena película, ya que transmite emoción y mucho más suspense.

Nota: 6,3.