En esta historia ninguno de los actores es desconocido. Todos tienen una historia de buenos trabajos en el cine y la televisión recientes. Greg Mottola ha sido el director de Superbad, Adventureland y Paul, tres comedias que, si les sumamos Clear History, dan buena muestra de la solidez del director norteamericano. En Superbad, por ejemplo, contó con Bill Hader, actor que cada vez logra mejores resultados en sus pequeños o grandes papeles. Aquí también lo podemos ver como el aliado de un Michael Keaton que está de lujo y casi irreconocible. Larry David tiene una simpática naturalidad y en sus cambios de rol, como Nathan y como Rolly, sabe ganarse el gusto de sus espectadores. Hasta resulta bueno que la película tenga estas herencias teatrales en las que las malas interpretaciones de situaciones y de comentarios susciten no solo risas sino reflexiones sobre la vida y sus dinámicas.
La película está en un buen punto como comedia, con la música de una generación que aún encanta y el nivel actoral apropiado para hacer sólido este proyecto.
No perderse el hilo de lo que pasa con la banda Chicago y sus anécdotas.