Repetitiva y azucarada en exceso, tal vez. Pero para mí es una de las mejores películas que he visto en mi vida. ¿Por qué? Bueno, podría empezar hablando de mi admiración por Ewan McGregor, el mundo del espectáculo, el teatro, la poesía y los musicales. Tal vez esto último, los números musicales del film, pequen de excéntricos, edulcorados y exagerados, pero tienen algo que hace que me encanten. Sobre too el inolvidable "Tango de Roxanne", que me cautivó y me ha hecho llorar más de una vez.
Nicole Kidman borda el papel de Satine, una mujer fuerte y salvaje pero a la vez atormentada por la vida que lleva, y McGregor el de escritor bohemio y soñador, tal vez con uan versión demasiado idealizada del amor verdadero. Ambos viven un romance prohibido y trepidante que al principio te mantiene atento, acaba resultando cansino cuando la película alcanza la mitad de su duración, pero vuelve a cautivarte al llegar al final de la película.

Lo mejor, la pasión que ponen todos los actores en su interpretación, sobre todo Kidman. Y el tributo que se les rinde a las grades canciones de amor en "Elephant Love Medley".
Lo peor, pues que como ya he dicho, la histriónica, exagerada y superrromántica visión del amor que tienen algunas de sus escenas.