Este excelente western crepuscular encierra en sus entrañas una cruda reflexión sobre la vigencia del género y sobre la figura tradicional del vaquero. Posee cierto toque clásico pero influído por nuevas prácticas del cine cercano a los setenta ( lenguaje más explícito de lo normal, violencia en un forma más cruda de lo acostumbrado )

Will Peny es un vaquero de avanzada edad que observa que el mundo en el que vivía ya no existe, él ya no tiene cabida en la época en la que vive y está condenado a desaparecer con la única compañía de su profesión.

Las interpretaciones son buenas, en especial la de Charlton Heston como protagonista, la fotografía es cruda pero de extraña belleza, el guión está espléndidamente construído, los diálogos son brillantes...

Es quizás uno de los últimos westerns realmente dignos que precedieron a la desaparición del género tal y como lo conocemos ( Sin Perdón y otros filmes menos afortunados que intentan resucitarlo son una minoría en el cine actual ), constituyendo un colofón ideal para el mismo.