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Spain Spain · Palma de Mallorca
Robert Denigro rating:
1
TV Series. Drama TV Miniseries. 7 one-hour episodios. Kentucky in the 50s. Eight year-old orphan Beth Harmon is quiet, sullen, and by all appearances unremarkable. That is, until she plays her first game of chess. Her senses grow sharper, her thinking clearer, and for the first time in her life she feels herself fully in control. By the age of sixteen, she's competing for the U.S. Open championship. But as Beth hones her skills on the professional ... [+]
Language of the review:
  • es
November 18, 2020
52 of 100 users found this review helpful
Nunca me ha interesado el billar, pero después de ver “El Color del dinero” lo veo con otros ojos. Martin Scorsese convirtió un juego lento en un trepidante paisaje de esferas orbitando sobre un tapete verde. Supernovas en colisión bajo la atenta mirada de dos pícaros buscavidas como Paul Newman y Tom Cruise.

“El Color del dinero” no es lo mejor de Scorsese, pero su talento logró lo imposible, transformando lo aburrido en una gamberrada trepidante. Suyo es el mérito de saber adaptar con el nervio de una “road movie” la novela “The colour of the Money” de Walter Tevis.

Con “Gambito de Dama” nos encontramos con el resultado opuesto. De nuevo otra novela de Walter Tevis sobre otro juego aburrido: el ajedrez. Pero aquí no hay emoción ni nervio sino todo lo contrario. La adaptación de Scott Frank nos conduce por la flacidez melancólica de una jovencita extraña, campeona mundial de ajedrez pero con aspecto de maniquí de Balenciaga. La historia divaga por una nebulosa, de tonos góticos, al servicio del artificio estético, con la expresión extraterrestre de la actriz Any Taylor-Joy como centro de ese mundo de diseño. Todo está pensado para que cada plano sea un sofisticado anuncio de El Corte Inglés para disfrute de adolescentes instagramers. Si en la saga "Crepúsculo" los vampiros eran lo de menos aquí ocurre lo mismo con el ajedrez.

Con "Gambito de Dama" la mujer suma a su causa una heroína contradictoria, por un lado una líder en un juego de hombres pero adicta a los vestidos elegantes, más femeninos que feministas.

En fin, me voy al bar a echar unos billares.
Robert Denigro
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