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Spain Spain · Cines Astoria Alicante
Bloomsday rating:
7
Drama Facing an unclear future, Witek, an earnest young Polish medical student, chooses to put his education on hold. With his head full of the promising and ominous portents of his new adult life, Witek hurries to catch the last train to Warsaw. But as he races down the platform, Blind Chance blossoms into three successive scenarios in which Witek's catching or missing his train spawns three completely different futures. Whether as an ... [+]
Language of the review:
  • es
December 17, 2008
41 of 45 users found this review helpful
La cinta arranca mostrando, a modo introducción, fogonazos entrecortados de memoria; momentos grabados en la retina del protagonista, Witek, que ya nos avanzan lo aleatorio del tiempo, los recuerdos y, por extensión, la falsa firmeza de lo volitivo. Y lo hace distanciándose en un giro especialmente pesimista que no se involucra en lo narrado, presentando así un juicio crítico que, siendo rotundo en su enunciación, esquiva el “recao” con sutileza.

Witek escoge desde la seguridad del que cree poder decidir. Sin embargo, la existencia no se deja sojuzgar fácilmente y en la Polonia de la época, evidentemente, mucho menos. Las cartas, sean las que sean, están marcadas para un protagonista que no tiene más que una ilusoria autonomía, una voluntad marioneta de un azar que no es azar, es más bien consecuencia.

Se puede decir que la vida es un poco así en cualquier lugar del mundo, aunque otros no estarán conformes y protestarán…, pero independientemente de aspectos metafísicos, creo que lo interesante en esta cinta, vista hoy, es la idea de ese azar presentado como alegoría de un contexto social y político. Esa idea va más allá de chocar o no chocar con un vagabundo, coger o no coger un tren, etc. Kieslowski no reflexiona sobre el azar, al menos no como motivo fundamental, sino que instrumentaliza la casualidad para lanzar la acusación de que con la de países que hay en el mundo a Witek, y a tantos otros, le tocó nacer en una Polonia devastada y socialista. A partir de ahí, claro, tu voluntad deja de ser libre. No es autónoma, porque eso tan raro no existe en un país así.

No hará falta señalar que la cinta fue censurada, no podía el “partido” tolerar una carga de profundidad más demoledora, incluso, que una hipotética identificación del personaje protagonista con cualquier opción ideológica contraria al régimen.

Ya digo, no veo una reflexión definitiva sobre la providencia o la predestinación aquí, sino una originalísima forma de crítica política alejada del estilo plano de un, por ejemplo, Ken Loach. En Polonia, hagas lo que hagas, estás jodido; viene a decir Kieslowski.

Aunque seas comunista.
Bloomsday
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