Una de las comedias que le salieron menos bien a Merino, donde el exceso de diálogo y la monotonía ambiental suponen dos de sus inconvenientes. Alguna salida al supermercado de las dos amigas casadas, una criada que tiene un novio bombero, la mujer animando al marido para que hagan lo que hay que hacer para tener un hijo, la seducción de una ventana a otra... ninguna anécdota de la película cristaliza en nada que tenga auténtico interés o que al menos pueda mantener discretamente la atención del espectador. Con un ritmo más cuidado y menos limitaciones espaciales se podía haber conseguido una comedia bastante más aceptable. La dos actrices protagonistas son finas y elegantes y luego nos encontramos con otros intérpretes que aquí están bastante desaprovechados y que en otras ocasiones han funcionado mejor. Un espectador tiene que ser muy poco exigente para encontrarle algún interés a esta película que no irrita como lo hace la comedia española actual pero tampoco resulta ni siquiera entretenida. Supuso el comienzo de la decadencia de su director y dentro de la filmografía de Alfredo Landa queda como una más, totalmente del montón.