La versión cinematográfica de una obra teatral a la que el paso del tiempo no ha beneficiado. Agustín Navarro realiza la película con cierta fluidez desde el punto de vista técnico y consigue que la esencia teatral se note lo justo en la pantalla de cine. Los movimientos de cámara son elegantes y se integran perfectamente en la acción. Fuera del decoro aplicado por el director la cinta no ofrece más alicientes y hay momentos en los que baja de tono y casi aburre. Hay que salvar no obstante la simpática gracia tonta de Carmen Sevilla en la escena en la que todos los personajes bailan alegremente. Tina Sáinz tambien resulta simpática en su secundario papel. El fondo musical agrada y representa casi el mayor atractivo de una película cuyo desarrollo resulta irregular y en la que José Rubio interpreta discretamente el personaje de caradura simpático que tantas veces interpretó en el teatro pero mostrando al mismo tiempo unas ciertas limitaciones interpretativas que le hicieron encasillarse. Agustín Navarro hizo al principio unas obras ligeras bastante irrelevantes, luego pasó una temporada en Argentina haciendo algún que otro film y además realizó algún film trascendente. Siguió probando suerte con esta adaptación de la obra de Alfonso Paso cuya capacidad creadora fue evidente a pesar del discreto resultado que presenta esta obra que incluso no tiene demasiado interés ambiental. De todas formas y a pesar de los inconvenientes expuestos sirve para pasar el rato resultando ser una película en la que en algunos momentos las virtudes logran imponerse ante los defectos.