Si uno parte de la trama argumental, debe admitirse que la historia promete: un experto en libros demoníacos, una misteriosa obra para convocar a Lucifer, una serie de inexplicables asesinatos... Sin embargo, pronto se le ven las costuras al deficiente guión (que presenta algunas escenas que son de chiste) y el film se convierte en un tostón de lo más vulgar. Hay enormes lagunas en la historia y, al mismo tiempo, se profundiza en anécdotas absolutamente prescindibles. El criterio elegido para mostrar unas cosas y omitir otras es imposible de comprender (y de compartir).

Polanski, sin embargo, sí es capaz de crear varias situaciones en las que crea una atmósfera agobiante... pero no son más que fuegos de artificio. Y el ritmo de la narración es muy irregular, con lo que no podemos dar un voto positivo a su dirección.

El trío protagonista (Depp-Langella-Seigner) resulta poco convincente (los tres actores actúan con una enorme desidia) y el desenlace de la historia es el más anticlimático de todos los que yo he presenciado hasta la fecha. En resumen, un auténtico fiasco que desaprovecha una historia que hubiera podido ser muy entretenida.