Pese al contagioso, alegre y vivaz número musical del inicio, y aunque tiene toques de ternura y simpatía, por sobre todo se trata de un drama centrado en las sucesivas desventuras de una familia, reflejando una dura realidad social que lamentablemente no ha cambiado mucho a lo largo de más de seis décadas. Premiada en el Festival de Cannes y realizada pocos años después de la independencia de la India, algunas de sus escenas callejeras son un buen registro histórico de la Calcuta de los años 50. Es evidente en su temática, personajes y situaciones la influencia del neorrealismo italiano, aunque el tono es más recargado y con menos sutilezas, en especial en su último tercio, cuando las cosas parecen ir de mal en peor, aunque afortunadamente la salvan las buenas actuaciones, y es imposible que el espectador no esté del lado de esta atribulada familia.