Después de tanto tiempo deseándola ver, ya que alguien que ha parido la mejor trilogía de la historia del cine tiene que cagar oro por un tubo, me he quedado como el escalador ese que quiere hacer la cima del Everest y tiene que abandonar cuando está a un día de la cima por culpa de una tormenta de nieve.
La vi en dvd, la versión redux de unos 190 minutos. El primer disco o lo que es lo mismo, la primera hora y media de metraje se merece un 8 como una catedral a mi modo de ver. La otra hora y media restante se queda con un 2 que ya es mucho. Quizá si hubiese visto la versión más corta tendríamos a una película con un ritmo mucho más regular. Porque el principal problema es el ritmo, que cómo decae hasta los infiernos, y nunca mejor dicho, en la segunda parte más o menos desde el campamento de los franchutes. A partir de ahí todo cambia a peor. Las ojeadas al reloj aumentan y también el cabreo personal.
¿Que diablos pinta el personaje de Dennis Hopper? me parece totalmente prescindible no aporta absolutamente nada. El metraje final en el que desembarcan en la guarida de Kurtz hasta el final es lo más lento y aburrido, dónde abundan las frases poéticas y filosóficas, con doble o triple sentido, metáforas y demás complementos que harán que muchos se sienten como en el limbo pero que a otros, en los que yo me incluyo, nos aumentaran los deseos de que empiecen a subir de una maldita vez las letras que indican su final.
Pese todo ésto, la película está muy bien echa, posee una buena ambientación, buenos efectos visuales y de sonido para la época. Buenas en general todas las interpretaciones sin destacar ninguna en concreto aunque quizá la más divertida sea la de Duvall. Mala la decisión de Vittorio Storaro con el soporte de Coppola de recortar la imagen para las ediciones en dvd. De las cuatro películas que Coppola rodó en la década de los 70 las dos del padrino son las claras vencedoras, queda entonces claro que no todo lo que reluce es oro.