Los inicios del cine fueron muy lúdicos. Su presentación en ferias indicaba que el concepto que se tenía del mismo era de entretenimiento y fantasía. Algo que no fuese sesudo. Una atracción de ferias más, que pugnaba por ser la principal. Y con un cierto contenido lúbrico.

Esta adaptación de las novelas de Verne y Wells sobre viajes a la luna, es un catálogo de elementos de fantasía y un derroche de imaginación, llena de trucos de escenario, notables efectos especiales, si consideramos que eran pioneros junto a De Chomón. Hay imágenes icónicas para la cultura occidental, como es la cara de la luna. Pero también es un espectáculo de varietés, con chicas ligeritas de ropa para la época en un buen número de las escenas de la película, desde la reunión de astrónomos, a el despegue, una especie de "mama chichos" pretéritas. Entonces no era el séptimo arte. ¡Hay que ver donde ha llegado!