Jeff Renfroe demostró en "Colonia V" que con medios, buenos actores y una buena historia era capaz de rodar algo interesante. Arenas Mortales, rodada en unas canteras en Rumania, haciéndolas pasar por Afganistán, es una película barata, para TV, de bichos que se comen gente. De esas hay muchas, y lo bichos suelen ser variaditos, desde arañas de todos tipos y tamaños, insectos varios y, en este caso, unos gusanos gigantescos que parecen ser los hijos bastardos de los gusanos de "Dune" (D. Lynch, 1984).

Este film, no obstante, es deudor evidente de la saga "Temblores" (R.Underwood, 1990) , conocida por los aficionados al fantástico, con un primer film realmente entretenido, un pequeño clásico. Sin embargo, la gracia que tenía "Temblores", una especie de buddy movie con grandes toneladas de humor negro, aquí no existe. No hay química entre los personajes, tan sólo hay uno que se queja todo el rato sin gracia alguna, la historia es sosa, el heroísmo de garrafón resulta cansino y gratuito, la sensiblería es empalagosa y los malos parecen tontos. No tiene gracia alguna, y eso es imperdonable- Es, simplemente, un goteo de víctimas, y el único aliciente es acertar el orden de fenecimiento de los secundarios.

Los actores son mediocres, los diálogos plagados de tópicos, ya sabemos que les va a pasar a los afroamericanos (y es que el filme cumple todos los tópicos hasta el final), la historia es malilla y los efectos especiales - CGIs- han quedado viejunos. Incluso dura demasiado.

En fin, un film mediocre de un director que es capaz de mucho más.