Imperdible y fundamental film preciosamente dirigido por Joe Wright, y con una caracterización memorable de Winston Churchill por parte de un inspiradísimo Gary Oldman.

No se trata de una cinta de género bélico sino que es más bien un drama político-histórico que gira en torno a unos veinte días del mes de mayo de 1940, arrancando con la destitución del Primer Ministro Neville Chamberlain y su reemplazo por Winston Churchill para formar un gobierno de coalición ante la crisis generada por al avance de los nazis sobre toda la Europa continental.

Con gran ritmo y toques de humor el film nos presenta a un regordete entrado en años, bebedor y gruñón, a quien se delegaría el timón de una Inglaterra sumida en cierta decadencia y acorralada por las hordas de Hitler. El primer discurso del flamante Primer Ministro, famoso por la frase "Sólo prometo sangre, sudor y lágrimas", en el que presenta su postura de combatir a Hitler "hasta el final", no despierta especial entusiasmo entre los miembros de su partido, influenciado por la postura pacifista y negociadora de Lord Halifax.

Así es como este hombre decidido a enfrentar al tirano infernal que se proyectaba como el futuro jefe supremo de Europa central debe en los días subsiguientes -y en una carrera contrarreloj- abrirse paso desafiando a sus contrarios, al miedo generalizado, a la evidente posición de debilidad de las defensas británicas frente al poderío desarrollado por los germanos y, por supuesto, a sus propios miedos.

Un magnífico film sobre un momento crucial de la historia de Occidente, visualmente hermoso, de ritmo tenso y atrapante, gran banda sonora y un guión sólido y portentoso para no dejar escapar una coma. Repito, imperdible.