Hansel & Gretel es una película de fantasía/terror que tiene una virtud carente en este tipo de producciones, al menos a día de hoy. Esta característica es, irónicamente, que consigue acojonar, no en el sentido de hacerte saltar del asiento, sino que da mal rollo, mucho, y lo mejor de todo es que lo consigue desterrando absolutamente todos los tópicos que se llevan arrastrando desde Ringu.

Para empezar, es una película extremadamente colorista. Es como si Jeunet hubiera cogido un pincel y, como en Amèlie, hubiera recubierto la cámara con tonos pastel y reflejos del Photoshop. No hay casi escenas oscuras, no hay una niña con el pelo tapándole la cara, y el asesino no es ni un teléfono, ni un VHS, ni nada. Por que de hecho, no hay asesino. La película tiene una atmósfera opresiva y durante la primera hora es un ejemplo de cómo hacer las cosas, tanto a nivel de dirección como en lo referente al apartado artístico. Las interpretaciones tampoco son malas.

Hacer tantos méritos es complicado, pero mantenerlos se torna utópico cuando un director no tiene una de las siguientes cosas: talento o experiencia. Lo primero le sobra a Yim Pil-Sung. Lo segundo, le falta. La narración de la historia es esquemática, recurre al flashback exageradamente de forma continua durante la segunda mitad, cuando no tiene más que contar del presente. No la intercala, presenta actualidad y pasado de forma tosca, haciendo que el climax vaya de mucho a poco, hasta llegar a un final que a mi juicio hace perder bastantes enteros al tono general del film.

¿Cómo resumir Hansel & Gretel? Una película de terror -por ponerle alguna etiqueta- bien facturada, visualmente rica, que reinterpreta la historia de los hermanos Grimm hasta formar algo único. No es de terror como tal, no la veas buscando eso. Tampoco es una comedia, ni un drama. Es una mezcla, algo que los coreanos dominan (vease The Host). Pero una bien hecha, de las que merecen la pena. Recomendada, pese a no ser una gran película.