Otra obra maestra de Frank Daranbont basada en un libro de Stephen King ridículamente vapuleada por la Academia, aunque no alcanza el cielo que "Cadena Perpetua" tocó.
A Frank se le da bien el cine carcelario, y desde el encerramiento de por vida nos conduce al encerramiento de por vida con la vida recortada a golpe de voltio. El corredor de la muerte es el escenario de este cuento, y sin saber yo (y sin importarme lo más mínimo) si es o no es realista, nos logra meter en la triste, monótona y desanimada situación de los condenados y de sus bondadosos ángeles, los protagonistas.
Y entonces, surge: el milagro. En esta película se nos presenta un milagro, un recurso de fantasía, un hombre negro y enorme que hace milagros y nos brinda escenas sobrecogedoras.
Michael Clarke Duncan recibió una nominación a los Oscars que reivindicó que este gigante, a pesar de tods las mierdas en las que mete el pie, es un actor cojonudo. Tom hanks ni siquiera merece una mención aparte. James Cromwell también está genial: ¡a eso lo llamo yo ser polifacético!
¿Dónde está el puntazo de esta película? Pues que es personal y no intenta arrancarnos más conmoción de la necesaria salvo cuando realmente nos sorprende. Ni realismo forzado ni nada. Sólo complejidad, magia con un papel importante y pura fascinación por los milagros.