Muy mala secuela de la ya sobreaprovechada franquicia basada en la novela de Michael Ende. Esta entrega protagonizada por el chaval de "¡Liberad de Willy!" no guarda la más mínima relación con el libro y está diseñada como un cutre intento de tirar de la manta, y encima llevado en extremos de idiotez.
En su momento, cuando la ví siendo un niño, me despertó interés porque tiene cierta magia. La escena inicial del anciano leyendo el libro mientras sus letras se materializaban me sobrecogió, pero al verla posteriormente en un ataque de nostalgia, me dí cuenta de que las críticas negativas le venían al dedillo.
Película mala y prescindible.

Un hurra por la introducción de la familia comepiedras, me recordó mucho a la serie "Dinosaurios".
Y otro hurra por la interpretación de un joven Jack Black.