Podemos apreciar aquí el gran talento de Berlanga. Su riqueza se basa en plasmar la vida de pueblo de la posguerra. Escondido tras pinceladas de humor, podemos ver, por ejemplo, el maltrato gratuito que realizaba el maestro del pueblo. Otra de las críticas sociales que hace Luis es la falta de alcantarillado en el pueblo.

No me gusta de la película el mal efecto que deja el doblaje. Ver a López Vázquez con esa voz, amén de otros que tampoco aparecen con su tono habitual, me desconcentra.

Como anécdota, es curioso uno de los nińos, que se llama Rodríguez Fuentes, antes de que el famoso Félix se hiciera famoso.

Otro de los detalles es que cuando el preso fugado los hipnotiza, le pregunta: "levanta ka izquierda, la izquierda, la izquierda!". Qué bien esquivabas la censura, don Luis.