En cuanto al metraje de Kurosawa, es el típico caso de película que va de menos a más. Una introducción aburrida, necesaria para poder llegar a entender lo que se nos avecina. La película consta de cuatro partes:

1) Presentación del protagonista, el Sr. Watanabe. Una vida repleta de monotonía, centrado en su trabajo y sin ningún exceso. No hay lugar para preguntas o cambios de ningún tipo en esa vida.

2) Manera de afrontar el cáncer del Sr. Watanabe. Su primera reacción es unas ganas inmensas por aprovechar el poco tiempo que le queda (6 meses). Para ello, saca una sustancial cantidad de yenes del banco, y se sumerge en el oscuro mundo de la noche. Se esfuerza en encontrar el placer de esa vida, pero no lo logra. Los momentos más tristes del metraje coinciden, en mi opinión, con esta parte.

3) Es cuando se encuentra a Toyo, la joven empleada que renuncia a su puesto de trabajo por aburrido. De alguna manera, le muestra el camino al Sr. Watanabe de cómo disfrutar de la vida sin ningún tipo de excesos. Él disfruta solo de verla disfrutar. Es un amor desinteresado, pero que se convierte en obsesivo. La escena de los calcetines es el comienzo del cambio de rumbo del funcionario. Al finalizar este idilio, el Sr. Watanabe tiene las bases en su estructura cerebral para, ahora sí, encontrar la motivación en ayudar a los demás. Y a eso dedica el resto de su vida, que se nos verá desvelada en la última parte del film, en flash backs perfectamente creados y fusionados.

4) Estamos en el sepelio del Sr. Watanabe. Allí se junta la flor y nata de la sociedad lugareña. Todos quieren encontrar una explicación al cambio de actitud del protagonista. Todo ello regado con un caliente sake (vino japonés). Entre todos van reflexionado sobre lo sucedido. Mientras tanto, van apareciendo personajes que, con sus aportaciones, se van acercando al mensaje dejado por el Sr. Watanabe para la eternidad. Y, al final, el gesto de ese trabajador, levantándose ante la desviación de poderes de su jefe, no muestra cómo el espíritu del Sr. Watanabe, un buen hombre en sus últimos meses, estaba en todos y cada uno de esos señores.

9 de mayo de 2021 NOTA: 3/10

¡QUE BELLO ES IKIRU!

Inicia la película denunciando la inutilidad de tantos funcionarios que se pasan la tarea de unos a otros, y la ineficacia de algunos de ellos, que ya han perdido la motivación para seguir haciendo su trabajo.

Luego, nos transportan hasta una sala de espera de hospital para que vivamos un situ cómo es el momento previo a recibir la fatal noticia de la enfermedad.

Tras esto, media hora de vida nocturna de juego, alcohol y señoritas de alterné. De momento, esta primera hora es mala, larga, salvo el planteamiento de la historia.

Luego aparece la compañera de trabajo para dar un giro a la historia, que estaba siendo deprimente. Y este, un señor a punto de jubilarse, comienza a acosarla hasta que ella se agobia y él ve una razón de vivir… Un poco raro.

De ahí nos vamos a su funeral, los últimos 45 minutos en donde nos dice qué fantástico que fue este señor los últimos 5 meses de vida. Y que malo era el ayuntamiento. Algo así como "Qué bello es vivir" a la japonesa.

La película es eterna y aburrida, no entiendo la nota que le di hace 6 años.