Creo que cuándo la mayoría piensa en una comedia británica sobre mafiosos y con Hugh Grant como nuestro pardillo común, no espera encontrarse con Mickey Blue Eyes.

¿Qué significa esto? Pues que es un filme que tiene LIGEROS elementos acertados, pero que por otro lado le puede o el humor fácil (con situaciones de coincidencias a diestro o siniestro) o una exagerada visión de la mafia (el cadáver en el congelador que se encuentra Grant) que le restan veracidad a la historia. Y sí lo sé es una comedia alocada, pero es que es imposible pensar que Grant no saldría por patas ante eso.

Una historia manida y en la que lo triste es que lo más interesante son los dos personajes de los policías y alguna de las tretas de Grant. Jeanne Tripplehorn luce bellísima pero poca cosa más y James Caan está para el cheque, ni siquiera es un personaje realmente trabajado.

Y sinceramente siendo muy fan de las películas que van sobre errores humanos...veo poquísimo inspirada la escena que desencadena todo el lío de la cinta. Casi no se le saca jugo.

Como digo, hay algún elemento decente y al final no se hace tremendamente larga, pero está más cerca de la americana media que de un filme british. Imagínense lo que Webb y Mitchell o Frost y Pegg hubiesen hecho con esto.

Una pena.