Sacha Gervasi, director apenas relevante, lleva a la gran pantalla la intrahistoria de una de las películas que revolucionaron en su momento la forma de concebir el cine, y que ha influido a multitud de directores que le dan más valor a insinuar que a enseñar, sin duda elemento impactante y efectista.

Pero "Hitchcock" no es impactante ni efectista. Se trata de una película del montón que cuenta con un reparto de lujo bastante desaprovechado y que arrastra muchas dudas que le impiden elegir qué camino tomar. Las dudas que se presentan entre tratar la preparación de "Psicosis" y la relación de Alfred con su mijer inundan la película y le impiden despegar. En ningún momento se decanta por desarrollar alguna de las facetas y Gervasi firma un batiburrillo de ideas que ni interesan ni motivan a seguir viéndola.

Y es que con un reparto tan importante lo lógico sería pensar que, por lo menos, ellos brillarán y tú tendrás algo que disfrutar, pero exceptuando a Hopkins (que se mimetiza con su homólogo para crear una interpretación más que correcta), y a Mirren (como esposa con carácter que tiraba aún más del carro que el propio alfres), el resto son meras comparsas que lucen tipo pero que no entran en juego.

Tampoco le beneficia en nada haber sido estrenada en temporada de premios,con las carteleras plagadas de productos con aspiraciones mayores, pero el resultado hubiera sido muy parecido en cualquier otra época del año porque "Hitchcock" no tiene claro lo que busca, y cuando esto ocurre se transmite al otro lado de la pantalla, ese en el que están los decepcionados fan del maestro del suspense.