Argumento: un papá, un amigo y su hijo se van a pasar unas vacaciones campamenteras y mochileras sin su mamá en una isla misionera, y la aparición de una muchacha atractiva deslumbra al padre y pone celoso al niño. Punto. Para llegar a esto, hay que ver 2/3 partes de escenas intrascendentes.

¿Por qué rancio machismo? Porque la muchacha irrumpe de la nada en el campamento trío masculino, y Palito, en un alarde de caballerosidad y velada atracción, le da lugar. El niño se pone celoso porque ve a su papá embobado y siéndole en sus deseos infiel a su mamá, y se escapa, poniendo en riesgo su vida en esas tierras salvajes.

Todo se soluciona, y Palito, que reta a su hijo por el susto y haberse escapado, nunca le pide perdón a su hijo por la reprobable actitud impropia de un padre y esposo amoroso como es él, actitud que es el motivo del enojo del hasta ese momento obediente, simpático y animoso niño...

Y lo que agrava la historia, es la justificación de su debilidad por culpa de los 'galanteos' femeninos, asegurando que tiene ojos sólo para su madre, pero que, '...bueno, las mujeres son atractivas, y ellas son así..., y a veces uno... en fin...' y demás tipo de sandeces que argumentaban y argumentan los varones para tirar una canita al aire meterle los cuernos a sus compañeras. Echarle la culpa a la seducción femenina.

Sí, ya sé, es cine pasatista y de vacaciones. Pero el mensaje escondido es de terror, ahora, antes y siempre. Y siendo un cine familiar, este tipo de actitudes y justificativos de los esposos reflejados en el argumento fue causa de ruptura de muchas familias bien compuestas, ahora y siempre.