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EuTheRocker rating:
2
Romance. Drama When literature student Anastasia 'Ana' Steele goes to interview young billionaire Christian Grey, she encounters a man who is beautiful, brilliant, and intimidating. The unworldly, innocent Ana is startled to realize she wants this man and, despite his enigmatic reserve, finds she is desperate to get close to him. Unable to resist Ana’s quiet beauty, wit, and independent spirit, Grey admits he wants her, too -but on his own terms. ... [+]
Language of the review:
  • es
February 18, 2015
4 of 5 users found this review helpful
En primer lugar, que quede claro que no pretendo faltar al respeto a nadie con esta crítica. Suelo respetar los gustos de cada individuo como parte de un todo en el que la diversidad es una se las cosas que le da sal a la vida. Sin embargo, también creo que es justo reconocer la existencia de algunos principios superiores que están por encima de las valoraciones personales, y que deberían ser comunes para cualquiera capaz de razonar por sus propios medios, sin la necesidad de unirse al vacío del bulto para expresarse.

Llegados a este punto, conviene comenzar analizando un principio básico a la hora de afrontar el visionado de "Cincuenta sombras de Grey": la novela de E. L. James no es una buena obra literaria; ni siquiera mediocre; es un ejemplo de como el bendito arte de juntar palabras no siempre se emplea correctamente, dando lugar a una trilogía que, seamos sinceros, es mala. Muchos dirán que, si es tan mala, ¿por qué ha tenido tanto éxito? Pues porque existe una necesidad de evasión que muchas veces no atiende a implicaciones artísticas. Por ello, millones de lectores (y sí, digo lectores, tanto ellas como ellos, yo incluido), se han visto atraídos bien por el morbo de los nuevos horizontes que se proponían, bien por el gusto de unirse a la manada, o, como fue mi caso, por comprobar los motivos de semejante fenómeno literario. Pero tras toda esa propagando, ni hay novela, ni hay erotismo, y mucho menos, provocación. La trilogía de Grey son unos libros anodinos, reiterativos, cargados de clichés y que, además ofrecen una imagen distorsionada de la figura del Don Juan, pretendiendo convertirlo en un nuevo adalid del romanticismo, siendo la enésima muestra de la pornografía emocional que suele venderse a las masas. Todo ello con una pátina de pseudosexualidad que, lejos de explorar nuevas experiencias, ofrece una visión casi clerical del sexo y sus oportunidades.

Con todo ello, había expectación por ver como se desarrollaba en la gran pantalla la adaptación de la primera de estas novelas, a cargo de Sam Taylor-Johnson. Un fenómeno social ante el cual, posicionarse forma parte de un auténtico ejercicio de sociología. Y el resultado, no es otro que la confirmación de una verdad a voces: la película ha resultado igual de mala que su homónima en papel.

Es mala porque se trata de una película demasiado estudiada. Todo en ella está ideado dentro de una macrocampaña de marketing que busca vender a toda costa. Planos pulcros e imágenes perfectas que parecen sacadas de un anuncio de vehículos, o de trajes, o e pisos, o de maquillaje. Todo es pureza, sin alma. No hay sentimiento en ninguno de los minutos de metraje de una película cuya realizadora, parece incapaz de dotar de vida al relato que tiene entre manos.

Es mala porque, al alcanzar ese punto que podría ser climático, en el que se abordan las escenas de mayor carga sexual, lejos de buscar una transgresión que se diluía ya en las novelas, aquí todo se ha convertido en un videoclip perfecto para anunciar perfumes, pero insultante a la hora de complementar una trama que avanza de manera cansina por la repetición de situaciones que bombardean al espectador. Si el sexo, provoca apatía, es que algo se esta haciendo mal... y en "Cincuenta sombras de Grey" se encuentran muchas de las escenas menos excitantes que recuerdo haber visto en una película centrada en estos avatares. Lejos queda la provocación enfermiza de películas como "Shame" o "Nymphomaniac"... o incluso la comedia "Don Jon". Cualquiera de esos títulos se puede reír de las escenas mostradas en la cinta de Taylor-Johnson.

Es mala por desaprovechar a una encantadora Dakota Johnson, que cual naúfraga, intenta sobrevivir al naufragio total de una película en la que nada funciona. Ni siquiera un Jamie Dornan desaprovechado que tiene que lidiar con un personaje al que se le impone un rol de supermodelo, alejado del torturado empresario que debería reflejar.

Es mala porque se atreve a jugar con la inteligencia del espectador abordándola con situaciones y diálogos que rozan la estupidez. No se da profundidaz a ninguno de los asuntos sobre los que en algún momento se hace referencia, y cualquier atisbo de continuidad en la trama, está orientado a franquiciar esta película en una nueva trilogía.

Es mala porque vende humo. Y el humo está muy caro como para intentar engañarnos en los tiempos que corren. Duele ver un arte que muchos amamos convertido en un mercado en el que, por reunir el mayor número de billetes en las arcas, todo vale. Hoy, varios días pasado el estreno, ya se sabe que estamos ante uno de los estrenos del año, y uno de los mayores éxitos de los últimos tiempos en su primer fin de semana... esperemos que el boca a boca, consiga remitir esa fiebre por una película mala. Y puesto que aún nos quieren colocar encima el embolado de dos secuelas más, que ambas sean un fracaso estrepitoso, como venganza por ese día en el que al espectador, se le consideró un imbécil capaz de ingerir cualquier mal experimento.
EuTheRocker
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