Intrascendente, liviana, hueca, sosa...

Lo que yo pensaba que sería. Lo suponía, pero se la ha tragado tanta gente elevándola a categoría de producto indispensable que tenía que probarla para que no me llamaran prejuicioso.

Y es que da la sensación de que no sólo yo sabía, antes de ponerme con ella, de la insustancialidad de este snack. El enorme reparto que le otorga su textura crujiente y hace que piquemos los paladares de barrio, ignorantes y ajenos a la necesidad de un buen maridaje, dan la sensación de estar demasiado ocupados. Como si la crisis hiciera mella en todos los estratos y estas estrellas tuvieran varios trabajos que mantener a la vez que rodaban 'Enemigos Públicos'. Y desde luego no era éste el principal.

Salvo de este juicio a Marion Cotillard y probablemente sea porque mi juicio tampoco es principal cuando se trata de esa tan bella cuan sutil mujer y ojalá por siempre señorita Cotillard.

Indulto a Bale porque me cae 'mu' bien este tío y porque tampoco su papel da para mucho más y condeno a pesar de y precisamente por ello a Johnny Depp que me resulta tan simplón, aburrido y falto de carisma como no pensaba que alcanzaría. Hubiera sido más sincero darle el papel a Justin Bieber.

La ví hace dos semanas y ya no me acuerdo de nada de ella, así que voy a dejar constancia de esta crítica para que cuando pase el tiempo no vuelva a picar por la curiosidad.

Mensaje al futuro: ¡No la veas otra vez! Pierde el tiempo con una nueva, esta ya descubriste que no tiene nada interesante ni emocionante y te deja una sensación totalmente insulsa... Aaah! me recuerda a mi ex.