- Perdone, camarero, ¿habla inglés no?
- Of course!
- Bueno, mire a la rubia esa... ¿está buena verdad? Pues me la he ligado en el tren, le he dicho que de pequeño veía a mi bisabuela muerta en el jardín y la tía se ha venido conmigo! Increíble! Cómo son de facilonas las europeas! Yo que en Estados Unidos no ligo ni pagando. El caso es que lleva todo el día hablando sobre la vida, lo divino, el amor, la muerte... y no hay quien la calle, y me la quiero tirar esta noche, que mi vuelo sale mañana. Mire a ver si me puede dar una botella de vino, que yo luego un día de estos se la pago.. a ver si se anima con eso.
- ¿No llevas dinero?
- Qué va, es que llegué a Madrid hace 3 semanas a ver a mi novia, pero me dejó, y entonces busqué el vuelo más barato que salía a Estados Unidos. Y encontré uno en Viena. El problema es que salía a las 3 semanas, así que pillé un interrail y he estado viajando por Europa todo este tiempo y gastando mucho más dinero que si me hubiera ido directamente desde Madrid. Soy así de listo. Y lo poco que me quedaba lo he dado de propinas a un poeta por un poema precioso, a una bailarina por una danza preciosa y a una bruja por no sé qué, pero seguro que fue precioso. Yo es que soy muy sentimental.
- Bueno, man, no te preocupes, yo te doy la botella y ya me la pagas cuando puedas. Aquí en Europa somos así. Y que tengas suerte con la rubia.
- Muchas gracias, señor. Europa es la polla. Y con la rubia no creo que me deje tirármela, porque el Linklater este es muy romántico, y sólo me deja besarla. En realidad, besarse es más íntimo que follar. Por eso nunca me gustaba que mis novias besaran a los hombres. Hubiera preferido que se los jodiesen.