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La mirada de Ulises rating:
8
Thriller. Drama Set in 1981, which was statistically New York City's most violent year. Immigrant Abel Morales (Oscar Isaac) and his wife Anna (Jessica Chastain) try to expand their business and make their American Dream come true but find it difficult as they're surrounded by rampant violence, decay, and corruption.
Language of the review:
  • es
April 3, 2015
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A comienzos de los setenta, Francis Ford Coppola dejó constancia de la actividad mafiosa de la familia Corleone en Nueva York. Ahora, a comienzos de los ochenta, J.C. Chandor parece regresar y tomar el relevo con "El año más violento", centrándose en los negocios de Abel Morales, un emigrante latino que se dedica a la distribución de combustible. Últimamente, sus camiones-cisterna están sufriendo agresiones y robos, pero él se niega a armar a sus conductores para que se defiendan de los ladrones. Por otro lado, decidido a que el negocio crezca, ha empeñado sus ahorros en la compra de un barco... pero los problemas y presiones hacen tambalear el proyecto. Sin embargo, el relevo es solo aparente porque, si el espíritu de familia permanecen y las operaciones mercantiles rayan lo ilegal, Abel es un hombre honrado que detesta la violencia y la falsedad, que es leal y sincero con amigos y enemigos.

Sin duda, "El año más violento" respira el aire de "El padrino"... pero filtrado y depurado por una honestidad inquebrantable. Si el entorno de Abel es mafioso, lo es por la envidiosa competencia del sector y quizá por una esposa que lo lleva en su ADN, pero no por sus principios. La personalidad de Abel resulta arrolladora y la intensidad de su mirada es capaz de convencer a empleados y clientes, y al mismo espectador. Magnífica es la interpretación de Oscar Isaac, que transmite fuerza a un personaje ambicioso y directo, decidido a triunfar ("solo tengo miedo al fracaso", dirá) y a seguir siempre "el camino más correcto". Suya es la película y cada escena pues Isaac/Abel siempre lleva las riendas de la cinta/negocio, y su carácter queda resaltado al ser contrapuesto al de Julián, uno de los empleados que sufre acoso y siente fragilidad hasta el extremo. De alguna manera, ejemplifican a quienes ven el camino a seguir y sienten el peso de la dificultad: ante el escollo, Abel siempre responde con un "sí, lo sé" para después seguir adelante porque está convencido de lo que hace; Julián también se da cuenta, pero es débil y temeroso.

Chandor imprime a este drama, por otra parte, un espíritu con sabor a thriller y crea atmósferas de ambigüedad y tensión, con un clima frío y amargo en el que sus personajes luchan por sobrevivir. Durante buena parte de la película, no sabemos si los negocios de Abel son turbios y qué hay detrás de esa dulce esposa que interpreta Jessica Chastain -contenida y ajustada en un papel difícil-, como no sabemos a qué viene la compra de ese misterioso barco, o desconocemos la historia de este buen mafioso y de su suegro encarcelado. Además, hay equilibrio narrativo y se huye del exceso, y el director consigue una obra personal que no cae en los lugares comunes del subgénero. Goza, en definitiva, de un inteligente e ingenioso guión que aporta humanidad y profundidad moral a cada personaje, especialmente en la escritura de un Abel que parece estar solo ante el peligro.

Sin duda, una buena película que podía haber estado entre las nominadas a los Oscar, construida en torno a un hombre que hizo siempre "lo correcto" y que no se dejó arrastrar por la ira, la venganza, la incertidumbre o el afán de poder. Prueba de ello es el modo de tratar a uno de los ladrones de combustible, al colega corrupto y falso, a su propia mujer que actúa "por si acaso", o al fiscal ambicioso (el desenlace está a la altura de la película). Decididamente, Abel pertenece a la otra mafia, a aquella que trabaja duro y es fiel a los amigos, a aquella que vive con una normas que se convierten en soga para salvarle y no para ahogarle. Él vive un sueño americano continuamente amenazado, pero sabe que el camino más fácil o corto no es el que debe seguir, y por eso no se convertirá en pesadilla, aunque no le falten invitaciones a cambiar de sendero.
La mirada de Ulises
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