Si algo me molestó especialmente del cine "de entretenimiento" hollywoodense de los últimos tiempos es su obsesión por mostrar lo último de la tecnología que ellos disfrutan y que el resto del mundo debería tener.

Esta película, para mi sorpresa, no es tan mala (bastante mejor que la de Natalie Portman y Ashton Kutcher, de idéntica temática) y tiene varios gags interesantes, apoyada sobre todo en un sorprendente comienzo y en diálogos que, por más inverosímiles que sean, suenan bien y son a la vez interesantes y divertidos. De todas formas, acaba por hacerse demasiado larga (debería estar prohibido que estas películas pochocleras duren más de 1 hora y media, pues no tendríamos por qué perder más tiempo con ellas) y mi mayor crítica reside en la constante voluntad de hacer presente a la tecnología, como si eso la convirtiese en una película moderna. La idiotez de fotografiar cualquier cosa y enviar a través del celular me exaspera, pero esta película llega al punto tal de que un celular tenga la aplicación de detectar a una mujer durante su período y de que los personajes se valgan de una imagen de la Biblia en su Ipad para hacer un juramento.

En fin, un producto 100% yanqui (desde Los Ángeles a New York) que, pese a todo, logra lo que propone, y que se destaca por ser una entretenida comedia romántica sin demasiados tapujos, que busca burlarse de los clichés, aunque más de una vez termina cayendo en ellos.
Ah, y una muy bonita Mila Kunis, que encaja bien con Justin Timberlake.