A cara descubierta la desgarradora maldad intrínseca del ser humano, explicada hasta para el que menos entienda del tema. Los bajos fondos del ser humano ejemplificado en una simple e intuitiva historia, que, basándose en la circunstancialidad del tema, nos muestra lo peor de nosotros mismos reflejado en sus protagonistas. Los instintos más primarios a rienda suelta en esta historia de vecinos. La lógica deja paso a visceralidad, la calma al desenfreno y la racionalidad se oculta bajo el disfraz del 'te lo mereces'. El que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Bajo esa premisa se oculta esa moralina espléndidamente representada en personajes oscuros y llenos de rabia. Una rabia natural, sin locuras pasajeras. La que se reprime en la efervescencia del día a día. He aquí sus máximos exponentes de crueldad inofensiva. El guion nos estalla en las manos, con complejas acciones estructuradas en secuencias naturales. Un logro. Y la ambientación y fotografía, con esos planos picados y cenitales que llena aún más si cabe la frialdad de los colores metálicos y fríos.