Click here to copy URL
Luis Sillero Rejón rating:
10
Drama "Fast" Eddie Felson (Paul Newman) is a self-assured upstart pool shark who frequents the local halls to get a crack at bringing down the legendary Minnesota Fats (Jackie Gleason). Under the wing of corrupt manager Bert Gordon (George C. Scott), Eddie begins to struggle to the top. But when he starts to have real feelings for a woman (Piper Laurie), hes faced with a dilemma. This acclaimed drama was nominated for 9 Academy Awards ... [+]
Language of the review:
  • es
February 20, 2024
1 of 1 users found this review helpful
A medio camino entre el final del cine negro clásico americano y los nuevos aires del neo-noir, la película arrastra una profunda crítica social al más puro estilo de Elia Kazan u otros cineastas y dramaturgos de la época del macartismo. El manido apelativo de "obra maestra" es de justicia para esta película de principios de los años sesenta que fue entendida como la redención del director, Robert Rossen.

El billar, sin ser ni mucho menos meramente accesorio, resulta el vehículo que utiliza el director para plantearnos un verdadero conflicto moral; de hecho, podría haber elegido cualquier otro deporte, campo o disciplina donde la ambición llegue a su punto más desmedido para hacer tambalear los asentados principios morales, pero acertadamente escoge el billar, que visual y sonoramente es una delicia para el espectador. El sonido de las bolas al entronerarlas, los tacos desenfundados de sus estuches, las miradas de concentración de los jugadores y de congoja de los apostantes, el humo de los cigarrillos, el alcohol, las luces tenues... todo funciona como un reloj suizo para crear un ambiente gris, áspero, duro, que mantiene en vilo al espectador en todo momento.

Ganadores y perderos, vencedores y vencidos, triunfadores y fracasados... siempre es la misma dicotomía en torno al éxito, el estatus y la dignidad. El ascenso, la caída y el triste resurgimiento final de Eddie es un viaje por el conflicto vital que va atravesando al personaje. Hasta dónde hay que caer para poder volver a ver.

Las soberbias actuaciones, junto con la gran cantidad de detalles que tiene la película favorecen enormemente la inmersión en su trama, que no ha perdido un ápice de vigencia salvo, desafortunadamente, la afición al billar. La condición humana trasciende épocas, culturas y circunstancias. Diálogos, frases, planos y escenas que forman parte ya del imaginario colectivo.

Es un deleite de película.
Luis Sillero Rejón
Did you find this review interesting and/or helpful?
arrow