Veo algunas de estas críticas y estamos en lo de siempre: juzgar la película por los problemas que plantea y no por cómo es o no arte y si lo es, de qué calidad.
Sabemos de los fondos buitres malvados, de la gente que se queda sin casa por no poder pagar la hipoteca, de trágicos desahucios. Y no se olvide que otra cara de la moneda son los okupas que, a su modo, imitan lo mafioso de algunos de esos fondos inmobiliarios. Ese es un tema. Sobre eso, como sobre cualquier otra cosa, se puede hacer una película.
Pero hay que opinar sobre cómo está hecha la película, el guión, la interpretación.
La actuación de Michael Shannon es espléndida, aunque el guión carga un poco las tintas. Andrew Garfield, en cambio, resulta poco creíble, con esa su cara de perpetuo adolescente. Laura Denn, que es una actriz excelente, tiene poco papel.
Se hace larga con escenas que sobran. Y se tarda demasiado en plantear el drama, cuando quedan 30 minutos de película. A partir de ahí, mejora.