Si te gustan los westerns, hay probabilidades de que pases un buen rato (un poco largo quizás). Si te gusta Tarantino, disfrutarás seguro.

No es la primera vez que Tarantino demuestra su habilidad para cautivarnos con una historia bastante simple gracias a un gran guión lleno de escenas memorables. Unas más tensas y otras más divertidas (las capuchas).

También hay que reconocerle que ha conseguido el indulto del público con las, cada vez más explícitas y frecuentes, escenas violentas marca de la casa que nos escandalizarían al verlas en otros títulos con tanto tirón comercial.

Por último destaco su capacidad de conseguir grandes interpretaciones de los actores que emplea, incluso cuando rescata viejas glorias como Don Johnson. Mención aparte para un (de nuevo) brillantísimo Christoph Waltz, que lo borda y consigue destacar por encima del gran trabajo de Jamie Foxx, Samuel L Jackson y un Leonardo DiCaprio que ya no sabe qué más hacer para ver su nombre entre la lista de nominados a los Óscar.