Auténtico descubrimiento el del mejicano Alejandro Lozano, quien, junto con sus colegas Tony Dalton y Kristoff, co-guionistas y actores, presenta una película auténticamente pulp, que no desmerece en absoluto al autor de Snatch, al Tarantino más desatado o a nuestro Bajo Ulloa de Airbag.
La peli se hace muy cortita, hora y media pelada de acción sin freno, en la que se mezclan sin pausa todos los elementos del género: disparates a mansalva, violencia, giros de guión, personajes surrealistas y, sobre todo, un humor muy interesante.
Desde el principio vemos que se destapan las cartas que se van a jugar en la peli, dos tipos entrajetados que hablan en los servicios de una oficina mientras otro tipo está inconsciente y en paños menores en el WC de al lado; a partir de ahí, practicamente no hay respiro, la acción es divertidísima, plagada de malentendidos y manipulaciones, y en la que todos los actores de esta comedia negra coral están realmente lucidos, desde los personajes principales (Jaque, Mudo, Botcha, Mascarita, etc), hasta los peculiarísimos secundarios (ese guardaespaldas enano caníbal, o esos dos secuestrados que se pasan la peli estando inconscientes o siendo maltratados).
No obstante, hay ciertas carencias que probablemente la hayan hecho pasar de largo para el gran público, como una fotografía bastante lamentable.
En definitiva, un buen debut, que no se confirmó con la posterior y muy inferior obra de sus creadores, Sultanes del Sur