Lo cierto es que para ser una película tan reputada me la esperaba más sarcástica, con más contenido, con un mayor grado de cinismo. La narración se limita a la recreación de un suceso que con el paso de los minutos se hace repetitiva, que da vueltas y vueltas sobre lo mismo. La reconstrucción y los personajes son planos y todo resulta muy obvio, más allá de las posturas de cada uno y de sus evidentes roles no hay apenas en lo que fijarse, nada que extraer. Es cine histórico plano, casi documental, pero sin el agradecido tono didáctico de dicho formato que permita a los neófitos en la materia situarse al mismo nivel de los versados sobre lo ocurrido. De todas formas, lo que se pretende narrar no da para abarcar las dos horas por lo cual el visionado se convierte en una experiencia pesada, interminable, que apenas logra entretener de una manera continuada. El reparto está bien y hay momentos puntuales que sí me llamaron la atención pero el balance general no es favorable.