Ni corta ni perezosa, me voy a atrever a dos cosas: una, a suspender la película con un cuatro; y dos, a escribir la respectiva crítica. Y podéis darle al NO todo lo que queráis.

Me siento a ver “Una historia del Bronx” tras leer el argumento en esta misma página con ciertas expectativas. No por el 7,8 que se le da, ni porque (aparentemente) vaya de la mafia, ni porque el director sea Robert de Niro; las expectativas se debían simplemente a que el argumento me pareció interesante y con grandes posibilidades: el desarrollo personal de un joven que se divide entre dos formas de vida completamente opuestas dentro de un ambiente en cierto modo determinista. Buen planteamiento, sin duda, pero que se tira por la borda porque no ocurre nada eso.

La causa principal es que la historia flojea en algo fundamental: el conflicto y las emociones. Ni hay verdadero conflicto ni hay emociones intensas. El mafioso podría haberse dedicado a cualquier otra cosa, que no se hubiera notado en el desarrollo de la trama (por llamarlo de alguna manera, porque olvídate tú de planteamiento, nudo y desenlace...); el padre del niño, Lorenzo, no tiene la presencia que debería tener; el joven C se convierte en un personaje soso y plano que no se involucra en ningún asunto, ni piensa ni actúa por sí mismo, ni siquiera al final de la historia. Final que, he de decir, me parece lamentable: la forma de resolver las situaciones..., bueno, no tengo palabras. Lo peor con diferencia. De una simpleza que asusta, de una falta de emotividad abrumadora, de una carencia de ideas decepcionante. Y así, en toda la película.

Lo mejor, claramente, la fantástica banda sonora. Poner “Nights in White Satin” de fondo eleva el nivel y da la sensación de que la película que estás viendo es soberbia, como la canción. Pero que no nos engañe. Semejante banda sonora parece casi ajena, casi incómoda, a la historia que envuelve. Podría haber sido el complemento perfecto, pero lo único que consigue es que la película pase a un segundo plano a favor de la música.

No hay más. Película mala, con una gran pose de buena y profunda, cuando es una historia sin ninguna importancia. Totalmente prescindible.