La pena es que no hay una conexión entre la imagen y la historia, todo es muy acelerado, seudoemocionante...pasota, tal vez un poco ingenuo. Los filmes un poquito críticos con la industria americana, son siempre confusos, y pretende mostrarse consciente del desastre, pero al mismo tiempo esperanzadores. Es posible plantear estas posturas, ambigüas, pero se hacen más difíciles de valorar como algo más que una creación artificiosa.

Se trata de una especie de Cinema Paraiso al estilo más americano de las palomitas. Lo mejor de la película; los inventos irónicos para sus creaciones de veinte minutos, también vale la imagen cruel de la apisonadora contra el VHS. Al final, muestran ese asociacionismo americano, esforzado por un propósito común en los barrios y entre las gentes, tal y como lo cuentan los libros. No sé porque, pero nunca he podido creerme esa imagen.