La película me ha ofrecido exactamente lo que todo el mundo decía. Dosis de realismo y crudeza bélica, sin ser grandilocuente, sin ser pretenciosa y sin ser patriótica, así que en ese sentido, no padece ninguno de los males endémicos que suelen lastrar al cine bélico norteamericano.

En cualquier caso, no me parece la película bélica por excelencia de los últimos tiempos, como han querido soltar por ahí. Si hay que valorarla como película, solo podría afirmar que hay unas cuantas escenas con cierto potencial de adrenalina para mantener la expectación y la tensión. Pero sus personajes no producen más allá de la lógica empatía que se siente al observar a personas al borde de una posible muerte.

Sobre el argumento, afirmar que no existe sería ser un poco cruel, pues es simplemente un pedazo de retrato de un pedazo de la Guerra de Irak. Pero al basar toda su premisa en la experiencia sensorial de los protagonistas (y el espectador), el guión se desinfla a nivel general y con ello, mi valoración de la película. Lo único que consigue es ponerme con el ojo avizor en un par de escenas y provocarme cierta inquietud. Eso sí, se agradece el cameo de mi amigo Fiennes (como siempre).


PD: Si alguien quiere ver una experiencia bélica en condiciones le recomiendo la serie "Generation Kill", de David Simon, creador de "Treme" y "The Wire". Es realismo puro y una experiencia más viva que la que ofrece esta película. Además, en el mismo escenario.