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Spain Spain · Honor al Sabadell!
Grandine rating:
8
Drama A post-apocalyptic tale of a man trying to get his son to safety. A cadaverous Viggo Mortensen plays the father whose only reason to go on living is to protect his son (Kodi Smit-McPhee) day by stolen day. An unexplained cataclysm has obliterated life on Earth. The father and son trek across scorched earth under an ash-smudged sky that forever seems to be closing in, smothering the last flickers of life on the blighted planet.
Language of the review:
  • es
October 14, 2009
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John Hillcoat ha demostrado en "The Road" ser un cineasta más inteligente de lo que servidor esperaba. Para él no hay prolegómenos ni detalles explicativos que remarquen en exceso lo que pretende contar: sólo unos cuantos Flashbacks nos transportan a algunos instantes anteriores a la situación vivida por el personaje de Viggo Mortensen, pero a partir de ahí lo único que conocemos de ese hombre y su hijo es que vagan huyendo en busca de un lugar mejor en el que sobrevivir.

Hay ciertas cosas que hacen de "The Road" un film notable, que huye rápidamente de lo que podría haber sido (un thriller de corre-que-te-pillo sin demasiada sustancia), y se transforma en una propuesta de trazo mucho más definido, donde las decisiones de un hombre que ha perdido la fe, la esperanza e, incluso, por momentos la razón, chocan con la opinión de su hijo, un niño que aun posee algo de inocencia en su mirada, y que no ve tanta negrura en el corazón de los demás como lo hace su propio padre.
Esta relación, que podría haber resultado liviana, se erige como verdadero eje de un film en el que no únicamente sorprende esa especie de antagonismo padre-hijo, sino también la crudeza y veracidad que impregnan la pantalla, porque ya no sólo la interpretación de Mortensen da un potencial increíble a su personaje, es el propio personaje, enormemente trazado, el que logra hacer que el espectador llegue a observarlo sin replantearse sus actuaciones y, además, quedando impregnado por las que parecen ser sus sensaciones. Las de un tipo que no confía en nada ni en nadie, sólo en si mismo, y que no dudaría un momento en introducir una bala en la sien de cualquiera que hiciese un gesto brusco de más cerca de él o de su hijo.

Con un tempo adecuado, que nos lleva por ese mundo post-apocalíptico sin prisa pero sin pausa y una atmósfera que acompaña esos compases de manera excelente, Hillcoat va desmenuzando una historia a la que personajes como el de Robert Duvall realizan grandes y ricas aportaciones con contados diálogos, y en la que las situaciones que van hallando ante sí ese padre y su hijo les van poniendo a prueba de una manera colosal y, lejos de encontrar momentos forzados o excesos que podrían alejar la obra de su tono, lo único que hallamos es un protagonista al que parecen superar las consecuencias del mundo que habita en ese mismo instante. Y es que, cuando las consecuencias rebasan al ser humano, las emociones le traicionan, y ni la sóla mirada del hijo propio podría paliarlo.
Grandine
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