Average rating
5.7
Ratings
7,549
Reviews
1,255
Lists
170
Movie recommendations
- Ratings by category
- Contact
- Social Networks
-
Share his/her profile
Grandine rating:
6
7.3
4,352
Comedy. Drama
Franta Louka is a concert cellist in Soviet-occupied Czechoslovakia, a confirmed bachelor and a lady's man. Having lost his place in the state orchestra, he must make ends meet by playing at funerals and painting tombstones. But he has run up a large debt, and when his friend, the grave-digger Mr. Broz, suggests a scheme for making a lot of money by marrying a Russian woman so that she can get her Czech papers, he reluctantly agrees. ... [+]
Language of the review:
- es
September 1, 2006
30 of 37 users found this review helpful
Visto lo visto, a estas alturas, cuando uno se encuentra con una propuesta como Kolya, lo mínimo que puede hacer es atender, disfrutar y agradecer el esfuerzo realizado por llevarla a cabo.
Ya que, en el tercer largometraje conducido por el cineasta checo Jan Sverak, nos encontramos con unos engranajes tan simples como lúcidos, que logran aportar al espectador una buena dosis de melancolía y encanto al mismo tiempo, donde una trama sencilla funciona de modo notable gracias a los múltiples aspectos que se nos presentan en la cinta, desde las entrañables y penetrantes interpretaciones, hasta momentos de cine con mayúsculas, verdaderamente sensibles y delicados.
Sin embargo, nada funcionaría igual sin la cuidada y trabajadísima realización de Sverak, que combina a la perfección planos detalle que sugieren más que muestran, una banda sonora gratamente racionada a lo largo de toda la película, sin caer en los peores excesos sensibleros, una fotografía magníficamente manejada, en la cual ningún encuadre parece estar fuera de lugar o un tempo llevado con estabilidad y fuerza, pese a lo largo que se pueda llegar a tornar dicho trabajo en el tramo final.
Detrás de esa gran labor, también hay alguna que otra falencia, como un final que parece poco trabajado, aun y sin caer en los abusos sentimentaloides, un relato al que le falta algo más de dedicación durante ciertos puntos o algunas secuencias que no parecen tener cabida dentro de esta deliciosa historia.
Tampoco le faltan intérpretes competentes (todos cumplen su parte del compromiso con sencillez y amabilidad) y un tema, que se podría haber tratado con mas pericia, y se deja en un segundo plano, en detrimento de la historia principal.
Ojalá de vez en cuando pudiesemos contemplar y aplaudir simpáticas crónicas como esta, aunque hoy en día el cine parece más empeñado en sorprender con forzada originalidad o torpones giros que no con naturalidad y lucidez.
Un aplauso para Jan, y otro para su guionista y protagonista, que pese a no tener un gran guión, pone empeño y fuerza, obteniendo un más que encomiable resultado para los amantes del arte cinematográfico más clásico.
Ya que, en el tercer largometraje conducido por el cineasta checo Jan Sverak, nos encontramos con unos engranajes tan simples como lúcidos, que logran aportar al espectador una buena dosis de melancolía y encanto al mismo tiempo, donde una trama sencilla funciona de modo notable gracias a los múltiples aspectos que se nos presentan en la cinta, desde las entrañables y penetrantes interpretaciones, hasta momentos de cine con mayúsculas, verdaderamente sensibles y delicados.
Sin embargo, nada funcionaría igual sin la cuidada y trabajadísima realización de Sverak, que combina a la perfección planos detalle que sugieren más que muestran, una banda sonora gratamente racionada a lo largo de toda la película, sin caer en los peores excesos sensibleros, una fotografía magníficamente manejada, en la cual ningún encuadre parece estar fuera de lugar o un tempo llevado con estabilidad y fuerza, pese a lo largo que se pueda llegar a tornar dicho trabajo en el tramo final.
Detrás de esa gran labor, también hay alguna que otra falencia, como un final que parece poco trabajado, aun y sin caer en los abusos sentimentaloides, un relato al que le falta algo más de dedicación durante ciertos puntos o algunas secuencias que no parecen tener cabida dentro de esta deliciosa historia.
Tampoco le faltan intérpretes competentes (todos cumplen su parte del compromiso con sencillez y amabilidad) y un tema, que se podría haber tratado con mas pericia, y se deja en un segundo plano, en detrimento de la historia principal.
Ojalá de vez en cuando pudiesemos contemplar y aplaudir simpáticas crónicas como esta, aunque hoy en día el cine parece más empeñado en sorprender con forzada originalidad o torpones giros que no con naturalidad y lucidez.
Un aplauso para Jan, y otro para su guionista y protagonista, que pese a no tener un gran guión, pone empeño y fuerza, obteniendo un más que encomiable resultado para los amantes del arte cinematográfico más clásico.